lunes, 11 de octubre de 2010

EL PIANISTA Y LA LUNA


¿Cómo es que un hombre aprende a ser cómo es? ¿Porque es que el hombre pierde el sentido de su forma de ser, deja de ser lo que fue y se vuelve algo que nunca debió ser? O alguien que no debería ser…
Hemos encontrado la forma de expresar nuestros sentimientos y frustraciones, gritando, golpeando, tocando algún instrumento…
Esta historia es sobre uno de los instrumentos más hermosos del mundo y un hermoso astro que brilla en lo alto del cielo.

Cuando él era pequeño a los 3 años, toco por primera vez una tecla de piano, aquel sonido tal y como lo recuerda hiso que su cuerpo se estremeciera al escuchar aquel grave sonido provenir de esta enorme caja, ¿Qué es? ¿Cómo puede existir un sonido como este?, ¿Cómo puede volverse más hermoso?, estas fueron las preguntas que le invadieron, en secreto se escabullía a escuchar a su madre tocar aquel hermoso instrumento, recuerda que intentaba imitar sus movimientos con sus manos pero no era tan bueno ni tan rápido, un día su madre le sorprendió espiándola por la puerta, esta sonrió y le tomo en brazos, lo llevo hasta aquel banquito donde ella se sentaba y le mostro por primera vez lo hermoso que era tocar el piano.
Con el paso del tiempo el niño se convirtió en un joven, alto no muy agraciado, con apenas 14 años ya podía contar con un par de derrotas amorosas, era chistoso como siendo tan joven ya habría sufrido por el amor, pero aún mantenía un amor como ningún otro por aquel instrumento de melodías hermosas, el piano, aquel hermoso piano que su difunta madre le habría heredado para que el tocara cada mañana, cada atardecer y cada noche, no faltaba un solo día en el que el muchacho no tocara cada melodía que había aprendido, solo había un problema, no había con quien compartir estas melodías hermosas, triste y solo tocaba en un cuarto oscuro inundándolo de emociones mientras perdía sus pensamientos y solo se dejaba llevar por su corazón, nada más que su corazón.
Un día aquel muchacho había quedado atrás ya habían pasado 4 años, era ya un adulto de 18, ¿su única pasión? El piano claro está, a veces triste y decepcionado después de sufrir perdida tras perdida, derrota tras derrota en el amor, se sentaba en aquel cuarto a tocar sus tristezas y decepciones mientras que por dentro era un mar de lágrimas, mas no lo mostraba, no quería mostrar que era débil, quería seguir adelante y tocando su piano, un día mientras tocaba el piano con tal emoción y sentimiento por su ventana se asomó una gran luz, hermosa debo reconocer, ¿qué es esto que veo? ¿De dónde proviene? Y ¿Quién la produce?, el muchacho asomo su cabeza por la ventana viendo en los cielos una hermosa y gran luna, esta no hablaba, pero estaba ahí, la veía tan claramente, una sonrisa se esbozó en su boca al ver tal belleza,
- ¿Cómo te llamas? – Pregunto el muchacho a aquel hermoso astro en el cielo más este no contesto – ¿es que acaso no quieres hablar conmigo? Ya veo… siempre sucede… pero… ¿te importaría escuchar?, nadie más escucha las melodías que toco quisiera que alguien lo hiciera por primera vez – sin más que decir el muchacho se acercó a su instrumento, se sentó en el banco y puso sus manos sobre las teclas, por primera vez alguien le escuchaba, debía ser algo con emoción, algo lindo… cerro sus ojos, suspiro profundamente y empezó a tocar, una hermosa melodía suave, un preludio hermoso… toco como nunca antes lo había hecho sus manos no paraban un momento solo seguían tocando aquel hermoso preludio fuerte y claramente para la luna, poco a poco el preludio fue acabando, mientras la luna iluminaba aquel cuarto hermosa y brillante desde el cielo, aquel astro al que el muchacho le dedicaba este hermoso preludio, después de unos pocos minutos el muchacho se detuvo y volvió su mirada hacia la luna.
- Es la primera vez que le toco a alguien… espero que te haya agradado… - Sonrió feliz de que alguien al fin hubiera escuchado sus melodías, cerro el piano y fue a dormir por ese día.
Y así fue, como su más grande amor fue la luna, noche tras noche el muchacho tocaba con toda la emoción de su corazón para la luna, para que esta siguiera viniendo cada noche a escuchar sus melodías, hasta que después de muchos años el adulto siguió creciendo, tocando sus melodías para la luna, un día la luna se vio tapada por nubes negras nubes que nunca antes había visto.
¿Qué sucede luna? ¿Es que acaso ya no quieres oírme tocar? – Pregunto un adulto hacia el cielo y las nubes que tapaban a su hermosa luna – ¿o es que acaso estas nubes no te dejan ver ni escuchar lo que toco?, espera… ¡tocare para ti, tocare más fuerte que nunca! ¡Escúchame luna mía! – el hombre se sentó en su piano y como en un principio toco su piano con todo su corazón estruendoso el sonido del piano tocando melodías hermosas sin cesar durante toda la noche sin ningún éxito, y así toco, noche tras noche sin que las nubes le detuvieran que su dulce luna escuchara su música.

Y aun ahora el hombre sigue tocando, noche tras noche hasta que la luna vuelva a asomarse grande, hermosa y resplandeciente como la primera vez que le vio, y para que esta volviera a ser feliz, este hombre seguirá tocando con pasión, con entrega y emoción, hasta que la luna pueda volver de nuevo a sonreír en su ventana.